De palique con Kike 32

(Artículo publicado en revista ‘Ñaque’, Ciudad Real (España); nº. 39, abril 2005)

EL QUINTO ELEMENTO


Poco a poco, algunos sueños se van materializando. Pocos, ¡menos mal!, ya que, cada vez que se materializa un sueño, con sus alegrías y decepciones, se suele impedir que se sueñe más en él.
 
¿Crees verdaderamente oportuno que abramos el melón, Kike? Nunca me ha parecido necesario; sin embargo, a ti este asunto siempre te intrigó especialmente. No sé, lo encuentro tan obvio que pocas veces lo he sacado a colación. Encima, te he de confesar, por cuanto se refiere a este aspecto que hoy comentaremos, que jamás me he atrevido a considerar como si fuera el 5º nivel de enseñanza-aprendizaje de este ejercicio de comparación de géneros artísticos que estoy proponiendo como herramienta interdisciplinaria para la Escuela. Lo mires como lo mires, si alguna vez he desvelado su existencia, ha sido para encapsularlo, envolviéndolo con el término ‘dimensión’ como si fuese una dimensión oculta más de cuantas puede sugerir cualquier acción teatral en la Escuela.
Incluso te confesaré que no lo introduje entre el material con el que construí ‘El asombro de Mnemosine(1) (la propuesta de experiencia que estamos exponiendo en estos últimos paliques), pese a que vendría al pelo, ya que es uno de los aspectos sobre los que desarrollé la explicación del ejercicio de comparación de géneros artísticos que se propicia a partir del montaje de una obra de teatro, en concreto, ‘Las sirenas se aburren(2) y se da el caso de que este quinto elemento no deja de ser un factor de comparación más entremetido en su argumento. Definitivamente, he de admitir que la explicación de esta faceta que vamos a desgranar a lo largo de este palique siempre me ha parecido irrelevante, porque, a mi entender, consiste en un fenómeno que siempre se puede producir  en cualquier actividad dramática, lo haya previsto alguien en un texto o no. Digo que no parece relevante su explicación, no la faceta.
De modo que casi no sé cómo empezar. Me viene muy cuesta arriba. Porque tú me lo indicas que si no....  Visto desde otra perspectiva, es cierto que nadie en todo este tiempo, ¡vaya que yo sepa!, la ha señalado; por lo menos, nadie ha hecho el más mínimo comentario, por lo que quizás valga la pena llamar la atención sobre ella. Claro  que, si a los demás se les antoja algo tan obvio como me lo parece a mí, es lógico que ahorren saliva y tiempo. Quizás radique este silencio en que es algo tan incorporado al quehacer escénico en la Escuela que, por más interesante que sea, no es necesaria ninguna mención.
Ya sé que tu actitud, tu magnífica actitud de siempre, es la del monaguillo que alarga algo su toque, por si acaso y que siembre toca más veces de lo debido las campanillas, por si acaso también. Tu experiencia te dicta que hay que decirlo todo, que no hay que dar nada por sabido ni por perdido. Encima, no sé por qué extraña razón a ti te cautiva tanto este asunto... Me parece que, me ponga como me ponga, no me quedará otro remedio que sacarlo a la palestra. Por ti lo hago; eso sí, sin que pueda evitar sentir cierto reparo por lo que de Bruño queda después de a la mano cerrada llamarla puño.
Hemos estado describiendo durante los últimos paliques un modelo mediante el cual se pudiera emprender la enseñanza-aprendizaje de diversos géneros artísticos por puro contraste entre ellos, a través de su simultánea puesta en práctica, debiéndose advertir que, para llevar a cabo este ejercicio, nos tendremos que apoyar en el montaje de una obra de teatro. Uno de los géneros a contrastar ha de ser, por lo tanto y a la fuerza, el Teatro.
 Comenzábamos con la Narrativa, utilizando para alcanzar nuestro objetivo una novela donde se relataba la misma historia que nos contaba la obra de teatro y seguíamos con el lenguaje cinematográfico, aprovechando una coyuntura especial que se da en la trama de la obra de teatro, ya que cuanto ocurre en escena es la reproducción de una sesión de rodaje de una película, con sus órdenes y maniobras, terminología y oficios, normas y contradicciones, factores que propiciaban el escalonamiento de nuestra propuesta de enseñanza-aprendizaje en cuatro niveles; clasificación que, por cierto, nos ha servido para distribuir también en cuatro paliques nuestra explicación, sin querer decir con ello que lo contenido en cada uno de esos niveles, en la práctica, se suela dar por separado.
La labor a emprender consiste pues, en contrastar las situaciones dadas en cada género y observar cómo se resuelven de acuerdo al lenguaje artístico empleado en cada ámbito (dramático o cinematográfico, en este caso), descubriendo a los participantes, de la forma más práctica posible, los recursos y mecanismos técnicos empleados en cada uno de los géneros abordados. Sin lugar a dudas, este planteamiento puede dar mucho más de sí e invitarnos a ampliar esta continua relación de contraste de unos géneros con otros, manteniendo una premisa indispensable: el montaje de una obra de teatro, cuyo texto escrito seguirá ejerciendo de componente neutro en esta tarea de impulsar la interacción entre diferentes expresiones artísticas.
Como te digo, no sé si lo que voy a exponer se puede clasificar como un quinto nivel en el entramado didáctico de este persistente ejercicio de contrastes entre los lenguajes dramático y cinematográfico o, en un sentido más amplio, como otra ‘dimensión’ dentro de esa interacción continua entre expresiones artísticas que ya de por sí ofrece la actividad teatral. Quien lea estas páginas quizás sepa cómo etiquetarlo, pero lo cierto es que este aspecto, este ‘quinto elemento’ que me veo impelido a explicar, aunque insisto, obvio a mi entender, existe, está previsto en el texto de la obra de teatro mencionada y puede ser explicado, no sin cierto riesgo de que sea considerado una excesiva vuelta de tuerca en todo lo que te ando exponiendo.
¡Vamos al grano, Kike! Acompáñame al fragmento de la obra donde el equipo cinematográfico que da vida a la extravagante sesión de rodaje (Director, Ayudante, Script, Cameraman, etc.) consigue, por fin, completar una toma sin demasiados percances. Esto ocurre al final de la primer parte:
Director.- Esperemos poder filmar esta secuencia en paz y sin interrupciones. ¡Atención! ¡Motor, cámara, acción! (Se escuchan los compases iniciales de la canción.)
Rinaldo.- Soy el más bravo pirata                                     
            mi razón surca la mar;                                
            Es cañón, puños y espada                       
            lejos de patria y hogar.                   
            Sabe quien es mi enemigo
            De cualquier ruta soy dueño                 
            ni rey ni ley pueden conmigo
            aunque mi caza sea empeño
            de la escuadra imperial
            de la escuadra imperial.
Piratas.- Puños, mazas y todo eso
            vese que es su razón                                 
            mas nosotros no escondemos                   
            que también otras lo son               
            como un buen vaso de ron
            como un buen vaso de ron
Sirenas.- Unos marinos extraños
            desconciertan desde ayer             
            nuestra vida con engaños            
            pues no se llega a entender
si al fin se pueden comer
si al fin se pueden comer              
 Rinaldo.- Brisa, mar hondo y extenso   
            templan mi alma tenaz                   
            en este paisaje inmenso               
            de vilezas incapaz.                         
            Una serena mirada
            como ola que viene y va
            sobre de la mar rizada
            que mi fe conquistará
             por amor y libertad
            por amor y libertad.
 Piratas.-  Y un poquito de ron
                  Las cosas como son.
Director.- ¡Corten, corten! ¡Mi enhorabuena, Rinaldo! ¡Y a todos ustedes también!
Como podrás comprender, no te plantifico este fragmento de mi obra para que, a estas alturas, me des tu opinión sobre sus estructuras literaria y dramática, aunque siempre sería bienvenida. El propósito es otro.
Verás, Kike, la cuestión estriba en que, si te fijas, el capitán pirata, Rinaldo, canta mientras deambula sobre cubierta, bajo determinado diseño coreográfico, se entiende. La secuencia  que sostiene, no se le puede negar, cierta inclinación hacia la ironía y el desparpajo, discurre entre canto y danza y reclama, por tanto, la aportación musical correspondiente y una contribución especial de todos los personajes que participan en la realización del cuadro. No cabe duda de que el texto lo sugiere. Pero, la acción y nuestra intervención diseñándola y desarrollándola, se desbordan, como en tantas ocasiones en el teatro, de manera natural (Por eso te decía yo que me parecía algo obvio este asunto) hacia otras expresiones artísticas que contribuyen a enriquecer el propio fenómeno teatral; de manera natural, porque esa es su costumbre, lo habitual en el Teatro Escolar.
No obstante, en la escena que estamos contemplando, música y danza hacen su aparición sobre el espacio escénico y, al propio tiempo, cinematográfico, de forma premeditada, como te decía, prevista en el texto. Se pretende con esta estrategia, ahondar en un género más especializado, el cine musical, razón por la que este modelo de intervención, dirigido a abrir otro espacio de análisis, podría constituirse en ese quinto nivel de enseñanza-aprendizaje dentro del ejercicio propuesto de sistemático contraste entre lenguajes teatral y cinematográfico.
De hecho, la trama argumental de la obra de teatro está inspirada, en cierto modo, en ‘El Pirata’, película musical dirigida por Vincente Minnelli en el año 1.948 y protagonizada por Judy Garland y Gene Kelly, lo que abona la idea de que el rumbo hacia el cine musical que toma la propuesta es un rumbo tomado de forma deliberada. No puede caber la menor duda de que ‘Las sirenas se aburren’, al ser escrita fue orientada de manera específica hacia la observación del género musical; en algún otro momento, aparte del fragmento del capitán cantor que hemos visto, el diálogo delata también esta pretensión:
Director.- ¿Llevarnos con nosotros todo el decorado? Hombre... (Las sirenas intensifican sus cantos) ¡Tiene razón, qué caramba! ¡Como siempre, tiene usted razón! Es usted un joven prometedor... Ya veo escrito en un rótulo luminoso: "El pirata y las sirenas". ¡Suena bien! ¡Será un éxito incontenible! ¡El mejor musical de todos los tiempos!
Es o parece evidente que lo que pretende aquella tropa cinematográfica, liderada por su enloquecido director, insaciable perseguidor de cualquier triunfo,  es, ni más ni menos, filmar un musical. Así que, cuando se realizan las tomas previas que sirven de ensayo sin voz, según sugiere el diálogo:
Director (Rinaldo va de un lado para otro haciendo ver que canta, hasta que llega al grupo de piratas. Estos hacen ver que cantan el estribillo. En el momento en que acaban la parodia de estribillo).- ¡Alto! ¡Vamos a ver! Sigo notando que aquí falta algo (Se dirige hacia los piratas) Tendríamos que introducir alguna modificación.
Se está dando pie a construir una escena teatral que es, a su vez, una representación de un simulacro de secuencia cinematográfica, para que, con la música de acompañamiento, se pespuntee la coreografía, de tal modo que sobre el escenario, tanto en ensayos como en representaciones, se esté ofreciendo la idea del proceso de elaboración y se practique.
Por otro lado, no es de extrañar que, en estas circunstancias y bajo la demostrada intención de elaborar un musical, el enloquecido personaje quede prendado de la rutilante imagen que le está brindando una oportunidad sin igual, la de introducir unas bellas sirenas en aquella película, ¡la suya!, que en principio había sido concebida como una mera película de piratas.
Director.- ¡Pero qué le pasa, muchacho! ¿No sabe reconocer su propio destino, cuando está llamado a bendecir la humanidad con su arte? ¿Nunca ha tenido el éxito ante sus ojos, al alcance de su mano? ¡La gran superproducción, el taquillaje más elevado de la historia del cine! ¡"Las sirenas y el barco" o, mejor, "El pirata y las sirenas" o "El capitán de las sirenas"! ¡Eso es! (Por Asistente) ¡No sea medroso! ¡Ayúdenle a subir, sin hacerle daño! Es joven y ya tendrá tiempo para comprender. Ahora se espanta de su propia ventura. ¡Larguen amarras! ¡Icen las velas! ¡¡Nos vamos a Hollywood!! ¡Entraremos en la ciudad en el barco, como si fuese una gran carroza!!
‘Director’ pretende asimismo, barnizar su historia de piratas con el glamour propio de las producciones musicales de Hollywood; no es de extrañar entonces, que la atractiva opción de insertar en la cinta unos exóticos planos con unas sirenas entremetidas en el coro de un musical donde, en principio, solo deberían aparecer rudos piratas, le convenza y venza con bastante facilidad el escrúpulo por cometer algún anacronismo o cualquier otro tipo de contradicción que pudiese desmejorar algo su producto artístico.
Director.- ¡Pero si hay más! ¡Y preciosas! ¡Cómo me las ocultaban! (A Ayudante de D.) ¿No se atrevía a decírmelo? ¡Es usted muy modesto! ¿Pensaba acaso que me iba a enfadar? Es lo que precisamente echaba de menos. (A Sirenas) Bien, pequeñas, venid hacia aquí. (A Ayudante de D.) Por favor, sitúelas haciendo pasillo para el capitán. ¡Oh, no sabe usted, amigo mío, lo que valoro su iniciativa! Con estas sirenas proporcionaremos a la escena el toque necesario, el oportuno colorido.
Pese a que, desde hace rato, el equipo que le acompaña en su aventura cinematográfica se muestra consciente de que no encajan demasiado unas sirenas en aquella historia que pretenden filmar. Esa contrariedad ha quedado ya manifiesta en algún momento anterior de la acción desarrollada en escena:
Obrero 1.- Si llevo dándole a la matraca desde primera hora. Si no que se lo digan ellas
Ayudante de D. (a Script. Por las sirenas).- ¿Y ésas qué hacen ahí?                             
Script (a Asistente).- ¿Quién las ha vestido de esta forma?
Asistente.- No sé...
Script.- ¡No sé, no sé! ¡¡No empecemos de nuevo!! ¡Qué hacen esas chicas vestidas de sirena en una película de piratas! ¡¡Porque supongo que te habrás enterado de que intentamos filmar una película de piratas!!
Antes de permitir que el posible lector acabe hecho un lío, considero que deberíamos formular una aclaración terminológica:
a)    Cuando en el entorno del ejercicio teatral hablamos de comparación de expresiones artísticas, creo que hablamos de ese motor que, de manera habitual, pone en marcha la convocatoria y participación de otras artes durante la práctica escénica y que estimula la interacción entre ellas y de ellas con esa propia práctica teatral. Es ese fenómeno tan natural que en el teatro viene de la mano de especialistas en cada medio artístico y que en la Escuela se suele dar en forma de contribución por parte de los profesores de Plástica y de Música o de otros ámbitos o gracias a la formación artística de que se hayan dotado los responsables de la experiencia.
b)    Cuando aquí hablamos de comparación de géneros artísticos, nos referimos en especial al procedimiento propuesto por los trabajos de este autor, titulados “Leo cuando actúo, actúo mientras leo (3) y “El asombro de Mnemosine(1) donde, pese a que se siga manteniendo  la actividad a desarrollar dentro de la perspectiva planteada en el punto a), se propone además la intervención de determinados géneros artístico no habituales en el campo teatral. En el caso de los trabajos citados, lo que se está proponiendo consiste en abarcar el análisis de los lenguajes narrativo y cinematográfico, que pertenecen a unos géneros artísticos cuya intervención en el proceso experimental del Teatro representa una excepción.
Sin apartarse de la pretensión de comparar expresiones artísticas y aprovechando precisamente esa potente predisposición del ejercicio teatral en la Escuela, se intenta expandir esa pretensión al terreno de unos géneros artísticos que, aunque normalmente no intervengan en esta actividad, es factible que así sea, adoptando alguna estratagema para conseguir que se materialice esa intervención, propiciándose con ello, idéntico mosaico de posibilidades comparativas destinadas a favorecer el conocimiento de estos géneros que el que se suele ofrecer en el ámbito del punto a).
Es por lo tanto, lo especial de esta parte de la propuesta de experiencia, que adopta una estrategia para incorporar en el juego de contrastes, algunos géneros artísticos cuya participación no es habitual en la práctica del Teatro Escolar.
Realizada a uña de caballo esta aclaración, deja ahora que resople antes de reemprender el hilo de nuestra conversación...
Siguiendo con la observación del juego planteado gracias a la aparición del instinto musical en la película que está filmando el frenético equipo de rodaje, podremos contemplar cómo desde nuestro enfoque comparativo de géneros -de encarar y descubrir los contrastes para facilitar el conocimiento de sus principales características-, el experimento teatral que se desarrolla sobre el escenario también se puede analizar estableciendo diversos planos; división que afecta, entre otras cuestiones, a la interpretación de los personajes (Ya comentamos algo sobre este aspecto en un palique anterior(4))
Para muestra, un botón. Echemos mano de un gráfico ya conocido por nosotros, al haber sido utilizado en alguna incursión anterior sobre estos temas:
 1)    El campo b) está ocupado por unos actores que interpretan a los componentes de un cuerpo técnico, responsable de ejecutar las operaciones necesarias para filmar una historia de piratas. Solo tienen que atender esa exclusiva dimensión en su labor interpretativa, ya que únicamente han de representar a unos técnicos que están realizando las tomas de una película y toda la suerte de maniobras inherentes a este cometido.
2)    Sin embargo, en el campo a) vemos a unos actores teatrales que han de representar  a otros actores (los cinematográficos) que, a su vez, tiene que dar vida a otros personajes (piratas) No se les puede negar esa doble dimensión interpretativa.
3)    A tal estado de la cuestión habrá que añadirle ahora que la película que se simula filmar es un musical, circunstancia que aporta a la experiencia de comparación de géneros que estamos desarrollando, la oportunidad de observar las particularidades de esta especialidad cinematográfica. Algunos actores habrán de cantar y bailar ante la cámara, enfrentándose a ella de una forma peculiar.
Lo que aconsejaría, además, entre otras sugerencias que se me ocurren, por poner un ejemplo y caso de que hubiésemos decidido llevar a cabo el 4º nivel de enseñanza-aprendizaje expuesto en el palique anterior(5), prever una sesión especial para proyectar la cinta mencionada, ‘El Pirata’, en la que se mezclan con aire de parodia ambos mundos, el de las películas de piratas con el de las musicales.
No obstante, los actores no están haciendo aparentemente nada más allá de cuanto se viene realizando en cualquier función de teatro, por lo que ahora viene aquí que ni pintiparado aquel factor por el que entiendo que tanto te gusta este modelo de intervención. Será, digo yo, porque este planteamiento propone como un requisito más que algunos actores canten y bailen en escena. Una vez hemos transitado por el ámbito procedimental de la comparación de géneros (Interacción entre práctica teatral <-> narrativa <-> lenguaje cinematográfico <-> cine musical), se invoca de forma intencionada la participación de aquellas expresiones artísticas ya habituales en el ejercicio teatral, la música y la danza. De este modo, tras el periplo que hemos descrito, recalamos (y lo digo, aun sabiendo que nunca lo hemos abandonado) en el ámbito más general interdisciplinario de la comparación de expresiones artísticas, permaneciendo, yo creo que aún más acentuada, la vocación convocadora del ejercicio teatral hacia otras disciplinas artísticas y hacia la contribución de sus especialistas.
Esta convocatoria, dirigida hacia la música y la danza desde el ejercicio de comparación de géneros artísticos expresada en la obra de teatro, viene a ser un tributo filial al más amplio y general ejercicio de comparación de expresiones artísticas, de donde, sin lugar a dudas, proviene y al que sirve evocándolo y modelando un espacio para él.
Con el fin de confirmar esa intención que tiene el texto de promover esa intervención artística, a la sucesión de escenas expuesta, se pueden añadir como muestra otras que asimismo aparecen en la obra de teatro; secuencias donde se suscitan igualmente algunas indicaciones sobre la acción de rodaje de un  filme musical, dentro de la acción dramática propuesta por el propio texto teatral:
Ayudante de D..- El capitán pirata ha de blandir su espada, mientras, en  posición oblicua, abraza con la mano izquierda aquel mástil y apoya en él sus pies; girando abandona el mástil y, de un salto, va a caer   en medio de aquel grupo de piratas, en el momento en que éstos hayan empezado el estribillo ¡El de la pata de palo en primer término! Después, como ya sabemos todos, sube a la popa, canta la segunda estrofa, coge el timón, se lo vuelve a ceder al timonel, cuando canta lo de "Brisa, mar honda y extensa"; - mientras, todos se han congregado alrededor de su capitán, dejando un pasillo para que pueda circular la cámara - y se canta la estrofa final. ¿De acuerdo? (Se escuchan débiles asentimientos) ¡Preparados!
Por lo que habremos de reconocer que, de forma sistemática, había sido introducida en la trama teatral esta intención que tanto te gustaba a ti, aquella que, después de promover nuestra experiencia hacia terminología y maniobras, el conocimiento de oficios y normas y la ejecución del rodaje con soporte real, conduce a lanzar nuestro proyecto de trabajo al ámbito de un género en concreto dentro de la cinematografía, el musical, mientras abrimos formalmente camino hacia la participación de otras artes, cuya intervención, por otro lado, suele ser habitual en el ejercicio teatral en la Escuela.
Precisamente, por este último aspecto, el de que no necesite ningún impulso externo para que se produzca esta intervención, es por lo que, pese a que a ti te gustara tanto el modelo de actividad que contiene ‘Las sirenas se aburren’, me da rubor señalarlo y mucho más resaltarlo.
Por otro lado y a pesar de que ya he advertido en diferentes ocasiones de que no se trata de buscar la quintaesencia entre los entresijos de lo que solo es un ejercicio teatral, de apurar tanto el mosaico de sugerencias que este tipo de trabajo proporciona, aún me da cierto corte extenderme en mi explicación precisamente por esa razón, porque puede parecer que lo que estoy proponiendo es una cascada interminable de actividades a partir de la decisión de llevar a cabo lo esencial de la propuesta: montar una obra de teatro, leer una novela, estudiar los recursos y mecanismos del lenguaje narrativo apoyándose en esa lectura, aprender rudimentos de los diferentes lenguajes que intervienen en la experiencia; el cinematográfico, en especial...
¡Nada más lejos! Debe quedar claro que, con el modelo de experiencia que propicia ‘El asombro de Mnemosine’, lo que se ofrecía era un paradigma de sugerencias de actividades entre las que los responsables de la experiencia habrán de seleccionar aquellas cuyas características resulten interesantes para ser incorporadas a sus objetivos escolares y, por consiguiente, ser llevadas a cabo bajo su dirección. ¡Qué me estás diciendo! En eso tienes razón. Ya lo hemos venido advirtiendo y dedicaremos un palique entero a aclararlo aún más si cabe.
Partíamos pues, de ese ámbito interdisciplinario que genera el Teatro y, en especial, el Teatro Escolar y que favorece particularmente la habitual intervención de otras disciplinas artísticas, normalmente encuadradas en Plástica y Música o en el Taller de Danza, para proponer la aparición de otros géneros artísticos no tan habituales en este juego de interacciones. Proponíamos en este caso, la indagación  en el campo de los lenguajes narrativo y cinematográfico. Ya hemos expuesto algunas pistas para llevar esta indagación a la práctica.
Hecha esta observación y llegados casi al final de este casi soliloquio, nos dábamos cuenta de que la película que estábamos filmando es un musical, condición que facilita, además, el conocimiento de este tipo de producción cinematográfica, pero encima nos percatábamos de que, desde esa tribuna de observación que nos concedía el musical y una vez puestos a estudiarlo y practicarlo, se provocaba de forma sistemática la intervención de algunas de aquellas disciplinas artísticas de donde habíamos partido: La Música y la Danza. Habíamos venido a recalar en ese ámbito general de la interdisciplinariedad, desde donde habíamos comenzado nuestra peripecia, procurando crear de nuevo el terreno propicio para la intervención de las disciplinas antes señaladas, las habituales, y la interacción que con su presencia se suscita. ¿Es éste recorrido de ida y vuelta lo que tanto te gusta, Kike?
Sea lo que fuere, ese riesgo a recargar en exceso la propuesta hizo que no incluyera este ‘quinto elemento’ entre los procedimientos que conforman ‘El asombro de Mnemosine’. No obstante y en último término, reconozco que algo de razón tienes. Debo admitir que es un factor colocado intencionadamente y de forma metódica en ‘Las sirenas se aburren’, el texto que ejerce de componente neutro durante el ejercicio de contrastes entre géneros artísticos y de plataforma desde la que despegar la experiencia propuesta en ‘El asombro de Mnemosine’, cuyo contenido estamos explicando en estos últimos paliques. Es algo inherente a la propuesta ... ¡Qué se le va a hacer! Además, un pacto es un pacto y de acuerdo a lo que yo entiendo que quedamos tú y yo en su día con respecto a cómo deberíamos abordar estos paliques y qué temas deberíamos abordar en ellos, no me ha quedado otra escapatoria que explicarlo.
Espero haber cumplido satisfactoriamente con tu requerimiento. Un deseo tuyo es una orden casi siempre, aún dentro de nuestras entrañables discrepancias.

Miguel Pacheco Vidal


(1)     "El asombro de Mnemosine"; ‘Boletín Iberoamericano de teatro para la infancia y la juventud’ (ASSITEJ-España, Madrid):resumen del trabajo de este autor, galardonado en el año 2.002 con el ‘Premio JUAN CERVERA de investigación de teatro infantil y juvenil’; n. 6/2003, octubre/diciembre 2003)  (Consultar en www.galeon.com/assitejespana/)
(2)     Las sirenas se aburren’, obra de teatro escolar del autor de este ‘palique’, publicada en la colección "Punto de Encuentro" (Serie de Teatro) de Editorial Everest (León, 2.005)
(3)     Leo cuando actúo, actúo mientras leo”; Trabajo del autor que forma parte de la comunicación: "Estudio de la técnicas de dos géneros literarios, teatro y novela, por análisis comparativo", comunicación presentada en 1er Simposio de Lengua y Literatura españolas; As. de profesores de español "Francisco de Quevedo” Madrid, 1.994 y en 1er Seminario de pensamiento crítico y educación; Fac. Ciències de l'Educació. Universitat de Barcelona,1.994.
(4)     La Caja de Pandora”; ‘De ‘Palique con Kike-30; Ñaque, Ciudad Real, diciembre 2.004
(5)     Desde mi plácida butaca”; ‘De ‘Palique con Kike-31; Ñaque, Ciudad Real, febrero 2.005